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Pantxo Bedialauneta, un vasco-mexicano afincado hace veinte años en Ondarroa, gana el premio "Arzak de Oro"
El chef se muestra 'muy ilusionado y contento' por el premio que le han otorgado
Ondarroa, Bizkaia. «Me considero de Tijuana y de Ondarroa, mitad y mitad», afirma Pantxo Bedialauneta, un vasco-mexicano afincado hace casi 20 años en el pueblo vizcaíno de Ondarroa, hijo de padre pelotari de la localidad y madre de Guasave, Sinaloa (México). Con 18 años comenzó a trabajar en el Bar Cantábrico, bar que regenta hoy en día junto a su mujer Ikerne. La afición por la gastronomía, y en especial por los pintxos, ha hecho que Pantxo lograra el pasado mes de enero el "Arzak de Oro", premio que se entregaba por primera vez como galardón a lo mejor de los pintxos a nivel mundial.
El chef se muestra 'muy ilusionado y contento' por el premio que le han otorgado. En el concurso presentó chipirones en su máxima expresión, homenaje al pintxo tradicional, pero adaptado a las nuevas tendencias. No obstante, en sus ratos libres también prueba hacer menús de platos mexicanos. «Suelo hacer platos mexicanos muchas veces para disfrutar, integrar y enseñar a todo el mundo. Es otra cultura, pero hay que conseguir un vínculo entre las diferentes costumbres», comenta el cocinero.
Cuando Pantxo viajó a Euskal Herria sólo hablaba castellano, pero gracias a la familia de Ondarroa y a su mujer, el chef se comunica hoy sin problemas en euskera. Para comunicarse con los familiares o amigos de la infancia de Tijuana, el vasco-mexicano afirma que internet ha hecho historia: «Con internet se pueden pasar fotos y ver a familiares que no puedes ver en una larga temporada». También suele contactar telefónicamente con México. Una hermana del cocinero se encuentra en San Diego y una prima en Washington.
