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Las Sociedades

Mujer y Sociedades

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Durante muchos años el papel de la mujer se limitó al trabajo profesional en la cocina y en la limpieza. Gizartea. Año 1946
Durante muchos años el papel de la mujer se limitó al trabajo profesional en la cocina y en la limpieza. Gizartea. Año 1946
Un rasgo característico de las Sociedades Populares es su comportamiento excluyente con las mujeres. Muchas razones se han dado para explicarlo y bastantes para justificar esta actitud. Veamos las más conocidas.

La ginecocracia, o matriarcado, de la sociedad vasca sería la primera. El hombre de épocas pasadas, pescador o baserritarra, trabajaba fuera de casa y era la mujer quien asumía la autoridad del hogar. El hombre se libera de ese mando acudiendo a la Sociedad. La Sociedad Recreativa "solo para hombres" sería la huida del macho de un sistema social - la familia - en el que ocupa una posición secundaria, a otro donde convive únicamente con gentes de su sexo siendo más fácil su autorrealización plena.

Otra razón estaría en que las Sociedades, al fundarse, incorporaron los hábitos sociales de la época. Y estos hábitos, especialmente los de relación comunitaria, excluían a la mujer. El contacto social se establecía fundamentalmente en locales públicos - tabernas y sidrerías - donde si bien no existía prohibición expresa de entrada a las mujeres, de hecho ninguna lo hacía por rechazarlo de pleno las costumbres sociales de la época. Al crearse las Sociedades Populares, éstas no hicieron más que formalizar en letra lo que era práctica rutinaria.

La admisión sin trabas de la mujer se debe a razones de orden cultural y económico. Hoy ocupa todos los espacios sociales y no se resigna a ser apartada.

Otro dato significativo es la diferenciación de profesiones por sexos. Pocos trabajos eran comunes a ambos. Una mujer podía ser costurera, criada, lavandera o vendedora de pescado. Un hombre, albañil, pescador, carpintero, abogado o artesano. Los gremios agrupaban exclusivamente a las profesiones masculinas y en los locales gremiales la entrada de la mujer era un hecho insólito. No olvidemos que el acta fundacional de la primera Sociedad existente hoy, la Unión Artesana, (año 1870), decía que "los reunidos conferenciaron detenidamente al objeto de constituir una Sociedad de Artesanos cuyo fin sea la distracción y el recreo de sus asociados", y más adelante, en el art. 47, "Asimismo se prohíbe la entrada en los Salones a las señoras, aun cuando sean forasteras".

 

El Cambio

Cena de la Víspera de San Sebastián, año 1994. El alcalde Odón Elorza encuentra en la Cofradía Vasca de Gastronomía un espacio para las mujeres
Cena de la Víspera de San Sebastián, año 1994. El alcalde Odón Elorza encuentra en la Cofradía Vasca de Gastronomía un espacio para las mujeres
La norma tradicional que prohibía la entrada a las mujeres en las Sociedades se ha ido quebrando poco a poco. El primer paso fue aceptarlas en la víspera de dos fechas señaladas: San Sebastián y la Virgen de Agosto. La tolerancia se extendió después al mediodía y luego excluirlas fue la excepción, limitada a determinadas horas o días de la semana. Pero esto lo decimos con carácter muy generalizador, porque cada Sociedad es un caso distinto, y para comprobarlo podéis visitar las secciones propias de cada Sociedad.

Vamos cuáles son las restricciones para con las mujeres en las Sociedades, clasificándolas siguiendo un orden de menor a mayor libertad.

a) Sociedades "tradicionales". Permiten el acceso a la mujer hasta media tarde, y con horario más amplio en fechas señaladas. Estas Sociedades tienen su domicilio en la Parte Vieja (Ur Zaleak, en Egia, es la excepción) y llevan muchos años de funcionamiento.

b) La Sociedad El Pilar, de Martutene, se rige por las mismas normas anteriores, salvo en verano en que el acceso es libre.

c) No el viernes durante todo el día (Kondarrak y Lagun Artea) y no el viernes a la noche (Ardatza y Txapel Aundi).

d) Entrada libre pero acompañadas de un socio (Artzak Ortzeok).

e) Entrada libre, salvo al espacio de la cocina. Es la norma en la mayoría de Sociedades veteranas.

f) Entrada sin restricción alguna.

g) Las mujeres pueden ser socias, con plenos derechos.

h) Una mujer ocupa la presidencia (Antiguotarrak, Arrano, Casa de Álava, etc.).

Euskal Billera, año 1992. Preparando la cena del 14 de agosto
Euskal Billera, año 1992. Preparando la cena del 14 de agosto
Vemos que las situaciones son muy distintas. En algunos casos, la dispensa - o los avances - se han conseguido en un largo proceso, como nos muestran las actas de Juntas de las Sociedades. Una propuesta, rechazada durante varios años, es finalmente admitida. Pronto llegará otra más avanzada.

Como regla general diremos que las Sociedades más liberales en este aspecto son las fundadas en los últimos años en barrios nuevos, las dependientes de clubes (caso del Tenis) y Colegios Profesionales, y las vinculadas de alguna forma con el mundo abertzale.

Anke Van Wijck, socióloga holandesa y experta en gastronomía, en Aingeru Zaindaria (26-07-2002)
Anke Van Wijck, socióloga holandesa y experta en gastronomía, en Aingeru Zaindaria (26-07-2002)
La admisión sin trabas de la mujer se debe a razones de orden cultural y económico. Hoy ocupa todos los espacios sociales y no se resigna a ser apartada. "Tu no vas, si no voy yo" o "Haz lo que quieras, que yo también", son las respuestas habituales. Además, la Sociedad se desenvuelve económicamente gracias a los consumos de bodega. Le vienen bien por tanto las comidas y cenas de grupo donde inevitablemente hay siempre mujeres.

La incorporación plena de la mujer creemos es un proceso imparable.

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